domingo, 15 de febrero de 2009

SIGNIFICADO DE LA PALABRA “INMIGRANTE”

por Dario Paredes

Fiel a la costumbre de mi niñez, cuando por primera vez cogía entre mis manos el primer diccionario de la Real Academia Española, cuando mi profesora de la materia de lenguaje en mi escuela pública , me enseñaba a través de un pequeño diccionario de una famosa editorial Española, pues me recuerdo que todos esos textos de aprendizaje venían desde España, comenzaba a aprender a buscar el significado de cada una de las palabras de mi lengua madre que es el “castellano”, desde esa costumbre me puse a buscar ahora ya adulto el significado de la palabra “inmigrante”, que decía en su sabia escritura lo siguiente: “adj. y com.(Persona)que llega a un país distinto del propio para establecerse en él”.


Por primera vez me ponía a cuestionar que hasta ese instante era algo incuestionable, un significado o definición escrito en el diccionario, pero lo hacía de una manera netamente, desde el lado humano, ya no desde el significado de la escritura (teórica), si no desde el lado de la práctica, de ese lado de la vivencia que para mí ahora significa el día a día, desde el lado que ahora soy un inmigrante.

Qué corto se quedaba en su definición el diccionario, pues me hacía introducirme en un mar de dudas, con esa simple definición, nó me decía que hoy por hoy ser inmigrante significaba, buscar días mejores, que en mi país de origen (Bolivia), la palabra inmigrante pasa por alto y ni siquiera se pronuncia con tanta frecuencia, de que era buscar un sueño, de nuevas experiencias, de conocer este viejo mundo, de estar en el país de nuestros colonizadores, de donde salieron hace mas de quinientos años tres carabelas que comandaba un capitán llamado Cristóbal Colón, esas cosas que tanto las aprendí en mi niñez en esa pequeña escuela pública.


Tampoco me decía que el estar aquí descubriría y viviría en carne propia la palabra racismo, xenofobia, explotación, persecución policial, ser ilegal, ser un sin papeles, comer en un comedor público o simplemente dormir en un lugar de acogida, tampoco me decía que la palabra “cayuco” significaba o tenía un sinónimo de sufrimiento, hambre, muerte, persecución y detención, me ponía a pensar si todo esto era humano y yo qué era hasta ese momento?. Si verdaderamente era una persona.

Pues me sentía como un simple delincuente, que caminar por la calle significaría miedo, ese miedo que ahora se transformaba en mi verdugo, en mi sombra y hasta en mi tiniebla, ya no me sentía libre de realizar las cosas, que hasta ese momento eran tan naturales y normales para mi, que nunca las había vivido, ni tenía la menor idea de que todo esto formaría parte de mi vida, el de que realmente estaba viviendo una pesadilla que solo la había visto en salas de cine.

Vaya que cruel y doloroso se transformaba aquella definición, que compleja y difícil de asimilar, pero también me decía a mi mismo esto es real, eres un actor o protagonista de esta película llamada inmigración.

Pero también esta película me enseñaba a descubrir esa parte interior humana, en donde todas esas vivencias, me ayudaban a descubrir “al otro ser humano”, esa parte que hasta ahora no la había descubierto, ni sentido.


Ese otro que vivía o sentía lo mismo que yo, pues a través de este camino he encontrado a ese otro, que teniendo diferente color de piel, a ese que no tiene mis mismas costumbres, ni religión, que habla otro idioma, ese llamado subsahariano o ese otro llamado magrebí. Me di cuenta que tenemos mucho en común, que sentimos lo mismo, que somos iguales que gracias a ello he encontrado la madurez necesaria para llamarlo hermano inmigrante.


Ahora que ya comienzo a adaptarme, a convivir con ese otro, ha compartir penas, alegrías y logros, a esa torre de babel en la que vivo, es una torre de hermandad, de comprensión y de ayuda al prójimo.


Donde también he conocido otra parte positiva de esta inmigración, a ése nativo o autóctono como nosotros solemos llamarles, esa persona que de manera desinteresada, que en su vocación solidaria, está al servicio del colectivo inmigrante, ese que te acepta tal y como eres que no cuestiona ni se interesa el lugar de donde vienes, que rompe con los estereotipos de que aquí hay ciudadanos de primera y de segunda, que lucha contigo codo a codo, cada día deja atrás prejuicios, que esta contigo en la lucha para sensibilizar un poco mas a ésta sociedad y sus gobernantes, esa persona que a través del asociacionismo inmigrante o algunas asociaciones llamadas ONGs, nos demuestran y nos ayudan a conseguir de que otro mundo sí es posible, éste mundo que a veces se nos presenta como una utopía, esa lucha diaria con un sin fin de cosas, de leyes que cada vez por su dureza se vuelven lapidarias para nuestro colectivo inmigrante, donde en estos tiempos tan difíciles se nos hace mas pesado llevar esta carga, pero ellos están ahí para poder alivianarnos en algo esa carga.


Ya lo decía en unas de sus frases célebres, Miguel de Unamuno: “TODO ACTO DE BONDAD ES UNA DEMOSTRACIÓN DE PODERÍO”.



DARIO PAREDES MEDRANO.

ATIM-BURGOS-CyL. (ASOCIACIÓN INTERCULTURAL DE COOPERACIÓN AL

AL DESARROLLO).